¿Debe devolverse el dinero usado para cuidar al causante antes de su fallecimiento?

Una cuestión que genera cada vez más conflictos en materia hereditaria es el uso del dinero del causante en vida para atender sus propias necesidades.

Cuando una persona mayor empieza a necesitar ayuda para gestionar su economía, es frecuente que uno de los hijos asuma esa responsabilidad: sacar dinero del banco para pagar la compra, las medicinas, los servicios domésticos o el salario de un cuidador. Esta situación, que suele hacerse con la mejor intención, puede complicarse tras el fallecimiento, al surgir dudas entre los herederos sobre si esas disposiciones de dinero deben reintegrarse o no a la herencia

Tal y como indica nuestro Código Civil, no tiene sentido exigir que se devuelva a la herencia (colacionar) el dinero o bienes que el causante entregó en vida si él mismo lo dispuso así en su testamento (dispensa de colación) o bien estas donaciones fueron hechas en vida por el fallecido en favor de los herederos forzosos y entre partes iguales.  

Pero, además de las donaciones expresas, pueden surgir dudas en otros casos más cotidianos: por ejemplo, cuando uno de los hijos usa el dinero del padre o la madre para pagar sus gastos diarios o su cuidado, realizando transferencias o retiradas de su cuenta bancaria.

Si esas operaciones se hacen realmente para atender las necesidades del causante, los habitual es que no se consideren donaciones ni deben añadirse a la herencia. En cambio, si se demuestra un uso indebido o sin justificación, los demás herederos pueden exigir que se reintegre el dinero. Y aquí es donde surge el problema.

En estos casos cobra especial importancia la prueba que justifique el uso que se le ha dado a ese dinero y el contexto (si había o no deterioro cognitivo del causante, la convivencia con el heredero, la existencia de un empleado del hogar contratado para su atención, etc).

Por ello, algunos Tribunales consideran que no debe considerarse un beneficio indebido cuando se acredita que el dinero fue empleado en gastos necesarios para el bienestar del causante (su cuidado, vivienda, asistencia sanitaria, etc.) En esos casos, no procede exigir que el heredero devuelva las cantidades.

En cambio, si no se puede demostrar el destino del dinero -por ejemplo, retiradas reiteradas sin justificación o transferencias a cuentas personales-, sí podría exigirse su reintegro al caudal hereditario, aunque no se considere liberalidad o donación del causante, al presumirse que el heredero se ha beneficiado indebidamente.

Recomendaciones prácticas:

Para evitar estos conflictos, que suelen surgir especialmente entre hermanos a la hora de aceptar y repartir la herencia, es recomendable tomar algunas medidas como:

  • Llevar un control detallado de los gastos y movimientos bancarios desde el momento en que un hijo o familiar comience a gestionar las finanzas del progenitor.
  • Formalizar un poder o documento que regule claramente la administración del dinero.
  • Evitar el manejo informal de cuentas conjuntas o indistintas sin respaldo documental.

Comparte la publicación: